La propuesta presentada, pretende convertir la Quinta da Orada en un complejo turístico de referencia, manteniendo el solar de la Quinta como recuerdo. Éste será el núcleo de distribución de todo el conjunto, donde se podrán encontrar los servicios del hotel, complementados por un restaurante y terrazas, “colgantes” sobre un plano de agua, que le da un nuevo enfoque, más contemporáneo a la zona fronteriza con el Solar. El espacio de llegada al hotel es un pequeño edificio-bisagra, transparente, que hace la unión entre el Solar y un nuevo volumen construido, autónomo, girado hacia el interior – el Spa. Alrededor del núcleo central del hotel se sitúan de una forma diversificada los 13 módulos de las habitaciones, cada uno con 2 suites, en plantas diferentes, con áreas exteriores de descanso.